viernes, 19 de diciembre de 2014

Gato y estrella de navidad

El año acaba y no sé si finalmente cumplí mis propósitos de cuando empezaba. Aquel decálogo...
Si he de ser sincero, me he aplicado en conseguirlo. En lograr al menos hacer de la fotografía no un medio de vida, pero sí un medio gracias al cual ser y estar, y vivir. No sé si es positiva la cuenta, pero ya no hay opcion de mejora aparente. Lo que hice hecho está. Y perdido lo que no logré hacer.
El año acaba de manera triste, y alguien que me dio la vida se ha ido. La tristeza empaña esta navidad como nunca antes, como no ocurrió en ninguna otra navidad de las que yo he ido viviendo, o pasando, o sufriendo.
Esta foto entre oscura y mágica, entre sencilla y compleja resume los sentimientos casi crepusculares de una vida, la mía, que roza su ecuador.  No sé cuantos me quedan hacia adelante, pero este año han sido 50 los que he dejado atrás. Y es una buena cifra para marcar mitades. Prefiero no hacer balances. Hace tiempo que ando en números rojos, o negros. Que viene a ser lo mismo según se mire.

Asi que de aquí al día 31 no sé si seré capaz de lograr subir otra foto, de esas que ultimamente me acompañan cuando, cámara en mano, salgo de casa. Los días que salgo.

Alguna vez leeré o leerán y diré o dirán de mí que no fui mas que un pobre diablo. Mientras llega ese día, lo seguiré siendo.