sábado, 16 de enero de 2016

Universos paralelos

Operan a mi hijo. Su hombro se rompió un día mientras disfrutaba de su adolescencia, y al final ha resultado inevitable ahora en su juventud.
La intervención y la reanimación se han prolongado varias horas. Sala de espera de quirófanos. El tiempo se detiene. Duele saberle allí dentro, herido e indefenso, vulnerable hasta el extremo. Confío en que pasado un tiempo tras la operación, pueda llevar una vida que le ayude a cumplir sus ilusiones y sus sueños.

Nos llaman por fin. La operación ha terminado. Mi hijo se recupera del sueño. Descansa en la URPA de La Fe. Vuelve despacio de la dura batalla. Su yelmo quebrado y su armadura partida, pero vencedor. Se despierta lentamente entre los confusos recuerdos de la pesadilla. 

Me detengo cansado frente a la ventana de la sala, con mi fe puesta en que mi hijo recupere la normalidad en su hombro. Veo gente, pero no hay nadie. No estamos allí. Deambulamos entre nuestros sueños y nuestras pesadillas. Entre miedos terrorificos y desesperadas esperanzas.

Mi mirada pasea cansada entre las nubes mientras anochece. Un enfermero pasea ahí abajo. La gente charla mientras espera y desespera. Alguien sufre en una camilla que empuja un celador. Universos paralelos. Conjugo soledades.

El crepúsculo nos regala sus tonos pastel y un poco de calma, un dia más.

lunes, 4 de enero de 2016

Días contados

Triste pero realista: ahí va a ir a parar la navidad en cuanto los camellos vayan enfilando el camino de regreso a oriente. Tiene los días contados.