domingo, 10 de junio de 2007

El gorrión y la flor


He decidido subir esta foto por lo que me inspira, tras vencer muchos convencionalismos que me hacían dudar. Podrá producir a algunos una sensación macabra. A otros, simplemente desagradable. A mi me despiertan ternura, desde siempre, los pollos muertos sobre las aceras. "Arreglé" esta foto acercando la flor. Es curioso. Es otro ser vivo, muerto, y a nadie le despierta ascos. Al contrario, el ser humano se regala a menudo flores, mutilaciones del ser vivo del que fueron parte, sin el menor pudor. Son bellas. El gorrión, siendo un ser más complejo y rebosando más vida que la flor, (cuando viven, claro está), les resultará a algunos, yaciendo muerto, algo casi insultante en su extrema fealdad y su tristísimo aspecto.
Lo cierto es que el ave, ni siquiera tiene consciencia de su propio ser. Mucho menos le atañe la idea de su propia muerte. Nos despierta a nosotros más sentimientos que a sus padres, Sr, y Sra. Gorrión, que seguramente, metros más arriba, en el nido, seguirán alimentando al resto de polluelos. ¿Es que no hechan de menos a su pollo muerto, acaso el primogénito, o tal vez el chiquitín de la prole?.
Símplemente, es que ni siquiera, y tampoco, saben contar. Qué extraña condición humana que ve tantas cosas, donde no hay más que el cotidiano discurrir de la vida y su eterno baile con la muerte.

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