Amapolas
Cargado originalmente por Emympus
En medio de ellas, hasta el intenso calor se olvidaba, y la brisa, abrasadora, te ayudaba sin embargo a refrescar las ideas. Los pétalos de seda se agitaban y descomponían la flor, pero el rojo aparecía imperturbable, tanto le daba hacia dónde lo doblegase el aire: siempre ganaba aquel bermellón su particular duelo con el viento.
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