viernes, 2 de enero de 2015

Vendedora de mercado medieval

No es una gran foto, ni es especialmente interesante por nada. Excepto para mí, por una cosa. 
Como este blog es de autoconsumo, pondré hoy aquí esta imagen y diré porqué. Siquiera para entender yo mismo el motivo por el que esta serena dama se asoma al mundo desde esta ventana que yo abro. La foto está tomada el año pasado..., hace cuatro días. Paseábamos en compañía de un grupo de amigos por un mercadillo medieval que se monta cada fin de año frente a la estación del Norte de Valencia.
Allí, cámara en mano, tuve, no sé porqué inspiración, la suficiente valentía como para atreverme a pedirle a alguien que tuviera la amabilidad de posar para que le tomara una foto. Su primer impulso fue retirarse del encuadre (y así lo hizo) para que retratase a gusto el tenderete, pero no a ella. Hice una foto. Pero inmediatamente le sugerí que el producto sin su creador (son los mismos vendedores los artífices de las artesanías que allí venden) perdía valor, y accedió a adoptar esta sencilla pose, mientras me decía que no le gustaba posar y que no se gustaba en las fotos.

Pues gracias de mi parte por su amabilidad, su esfuerzo y su gesto, ella me permitió cumplir, dentro del plazo, uno de los retos que a primeros del año pasado me fijé para ese año que ya se ha ido. Concretamente la propuesta que hacía siete en aquel decálogo fotográfico, y que rezaba así:
"Hablar al menos con un desconocido y pedirle hacerle una foto."

Pues, ¡hecho!

Lo que no sé es si seré capaz de que esta imagen marque un punto de inflexión y me anime a hacerlo con normalidad, o si no... Lo veremos a primeros de 2016, cuando hagamos balance.

De momento, a ver si supero los 44 post del año pasado. Lo veremos.


No hay comentarios: