lunes, 16 de julio de 2018

STELLA MARIS

   No soy yo muy de onomásticas, no soy mucho de iglesias, no soy mucho de fe. Pero la fiesta de la Virgen Marinera, la Virgen del Carmen, no pasa desapercibida para quien, como un servidor, convive con una Carmen, la mía, mi Mari Carmen.

   El tiempo pasa fugaz y sólo tenemos un billete –por cierto, tan sólo de ida– para este emocionante viaje que es vivir. Así que antes de que seamos recuerdo, aquí dejo para disfrute propio y ajeno una fotografía de las dos Carmenes de mi vida. Una más que otra, pero una antes que la otra. Y no una, sin la otra. Sobran más explicaciones, creo.

   Felicidades a ellas especialmente, y a todas las que como ellas, lleven ese nombre tan entrañable para los hombres y las mujeres cuyas vidas se consagran a la mar. Ellos celebran, cada 16 de Julio, la fiesta de la Virgen del Carmen, patrona de los marineros.

   Para tí, mi Carmen.