lunes, 21 de julio de 2014

Agarrada a su bolso

En extraño escorzo sujeta el asa del bolso que cuelga sobre su hombro. Lo imposible de su postura, el daño que me producía mi hombro con sólo mirarla me hizo seguirla y situarme detrás, realizar unos disparos y llevarme puesta su imagen para siempre. Su cara no es determinante para intuir su talante. Es su gesto lo que la convierte en una mujer tratada con dureza por la vida. En su andar cansado no abandona sin embargo la firmeza irreductible con la que aprieta el asa de su bolso. Camina sóla y sin más compañía que sus pensamientos. La cabeza inclinada vigila sus pasos, su mirada perdida sobre las baldosas de las aceras y como única preocupación aparente esa manera crispada de sujetar lo que podría ser el sitio donde almacenara todos los recuerdos de toda una vida. Ese bolso sobre su espalda. Esa vida sujeta a toda costa por el asa.

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