miércoles, 30 de septiembre de 2009

Desde mi ventana


Hojas de nuevo.

Tras los cristales de mi ventana crece un árbol. Cuando llega la primavera sus ramas se cuajan de pequeñas flores blancas que caen al suelo, la acera parece nevada, y todo lo que hay debajo queda cubierto de un manto de florecillas y de pequeños tallos.

Imagino que eso sucede tras la fertilización, y esas flores ya no tienen razón de ser. El árbol se libera de ellas, pues a esas alturas, son más una carga que una necesidad.

Aún en el suelo, muchas abejas y otros insectos siguen libando de los cálices de esas florecillas, y entre ellas, a ras del suelo, ves surgir aquí y allá abejas atontadas, medio borrachas por el festín...

En esta época el árbol en cuestión luce unas vainas que en absoluto esconden los frutos que contienen. Son el resultado de esa primavera de flores, de insectos, de trajines y de nevadas sin nieve. Son como judias en sus cápsulas, pequeños frutos que van madurando hasta que caigan a su vez al suelo, al final de su ciclo... Todo en el árbol son ciclos, y todos se suceden sin importarles qué nos ocurre a los que les miramos tras las ventanas, ajenos ellos a nuestras vidas, en las que los ciclos existen, pero a los cuales apenas sí prestamos atención.

Pero nada de eso he fotografiado esta vez. A pesar de recordar todo ello mirando estas hojas.

Estas hojas que ya van pintándose de otoño. Muchas de ellas, ya amarillean, y las que no, se tiñen de infinitos matices de verdes..., se presentan en una paleta irresistible del verde profundo al amarillo limón..., es una época increíble el otoño, por humildes que sean las especies vegetales que podamos contemplar desde las ventanas.

Algunos años, cuando ya acaban cediendo a su ciclo natural e irremediable, y caen al suelo, me he dedicado a recogerlas, triturarlas, y decorar con esos trocitos marrones el nacimiento que en mi casa poníamos cuando los niños eran aún niños. Hacían muy bien de "suelo de belén". Es el ciclo de las cosas que nos traen los meses: dentro de nada, la navidad.

Mañana empiezo a trabajar. Otro ciclo.

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