jueves, 31 de diciembre de 2015

Tres reyes

He querido decirle adiós al año saliendo a pasear cámara en mano. Y como ayer me acordé del pesebre, hoy me acuerdo de los magos de oriente. He tenido la suerte de encontrarme con tres chicas que me los han recordado.
Felíz año que entra.

miércoles, 30 de diciembre de 2015

Pesebre

Se nos va el año. Otra vez se nos va sin dejarnos apenas nada en los bolsillos.
Desde mi ventana miro al mundo discurriendo unos metros más abajo, unos metros más lejos, siempre con un cristal de por medio. Esta vez como casi siempre, mi mirada se enreda entre las ramas de las sóforas, que nunca sé si otoñan o reverdecen en este desquiciado clima nuestro. Y entre los claroscuros y los matices de ocres y de verdes, asciendo entre las ramas a una horqueta donde unas tórtolas remolonean y llaman mi atención. Y pienso y se me asemejan a una sagrada familia en un portal de Belén. Y así, el macho (que digo yo que si será el de la derecha) se me antoja un José paciente y ella (digo yo que recostada y a la sombra y con dolores de parto), una María amorosa a punto de alumbrar a un tortolín salvador...

Y que me perdonen los radicales. 
Felices navidades para quienes disfruten de ellas. 



martes, 15 de diciembre de 2015

Diferencia de clases

Tardaré más en llegar, pero vaya si me voy de crucero...

jueves, 3 de diciembre de 2015

La cosa es joder

No. Esta vez no se llevaron la bici. Pero pensaron aquello de: "si no eres para mí, no eres para nadie".
Los hay con mala entraña.

miércoles, 18 de noviembre de 2015

Clint...?

Ando por la calle Roteros. Una puerta abierta me deja ver la oscuridad en el interior. Una luz dura y concisa se cuela por una ventana. Vuelvo asombrado para mirar más despacio. Ahí está, la viva imagen del mismísimo Clint Eastwood en un plano de cualquier clásico del "western".
En mi memoria, notas de Morricone llenan el silencio de un polvoriento y rojizo paisaje en mitad del oeste americano (almeriense)... Una alocada secuencia de planos y contraplanos en un terrible duelo... Plano abierto, plano general, primer plano, medio cuerpo, primerísimo primer plano,  primer plano de nuevo, y de nuevo un plano cerrado de ojos, cejas y gotas de sudor...
Ajusto la exposición de la cámara para conservar el negro profundo, y mientras suena el último disparo y el malo cae abatido, caigo yo en la cuenta de que no es el gran Clint...
Sí, es un gigante, de la procesión del Corpus de Valencia.

viernes, 13 de noviembre de 2015

C'est l'amour...

Delicadas y tiernas caricias que no sirven si no para subir la "temperatura" en la pareja...
Tan distintos genéticamente y tan similares. Curioso.

miércoles, 4 de noviembre de 2015

Margaritas


Margaritas. Simplemente. Humildemente. Sencillez y austeridad. Esencia y espíritu.
—¡Piensa en una flor!
—¡Ya!

sábado, 31 de octubre de 2015

Inside the dark



Engullída por las sombras ni siquiera miró atrás. A medida que se adentraba hacia su patio la oscuridad se adueñaba de sus pasos. Desde la acera esperé un punto de no retorno, y musité un adiós para mis adentros tratando de no perder el foco...

domingo, 25 de octubre de 2015

viernes, 23 de octubre de 2015

Epitafio

Casi no se ve hasta que no estás enfrente. Sobre un muro que se asoma al agua oscura del puerto, alguien ha escrito este sentido saludo, esta simple despedida.
Lo demás, estando yo allí, surge de modo natural. Suelto mi bicicleta y me descalzo. Una última mirada tierra adentro. Después, me dejo llevar.

Unos pasos atrás y abro el encuadre para sacar esta foto. ¿O qué pensabas?

lunes, 12 de octubre de 2015

Sin rumbo fijo

A lo lejos, en un lugar sin definir entre la playa y el horizonte, entre el cielo y el mar, navega en solitario sin rumbo definido. Agarrado a la caña del timón pero... ¿Hay destino a la vista?

martes, 29 de septiembre de 2015

Despertar en la ciudad

Se despereza un sol incierto tras oscuros nubarrones. Una tórtola me vigila y me muevo para encuadrarla frente al cúmulo. Mañana fresca de un otoño que empieza húmedo y gris.

miércoles, 16 de septiembre de 2015

Eligiendo la foto

Una imagen de antaño, tomada hace unos días.
Septiembre va dejando su huella, malos tiempos para la lírica.
Se acababan de hacer un selfi.
-En ésta estamos más guapos... ¿No crees?

miércoles, 2 de septiembre de 2015

lunes, 31 de agosto de 2015

31 de agosto

Venga, límpiate bien la arena...
¿Cuándo volveremos papi?
Ella mira y guarda silencio.

jueves, 27 de agosto de 2015

Drama familiar

El problema seguramente era que el niño había cruzado en rojo. 
La terrible consecuencia: bicicletilla requisada y llanto desconsolado del infante.
La hermana mayor, admirada o alucinada, contempla sin palabras la dureza e inflexibilidad de la madre que con aire amenazante e irreductible enarbola la bici bajo el brazo. 
El hermano más mayor aún, ya se quitó de en medio, seguramente él estuvo más ágil a la hora de la huída, y de cruzar en arriesgada situación, tuvo más suerte que el pequeñajo que quedó en terreno enemigo... Contempla desde la acera de enfrente el triste final de la aventura de su hermano.
El padre, mira, calla y otorga. Donde manda patrón(a)...

domingo, 23 de agosto de 2015

Figuritas

Mañana de domingo. Conversación amigable entre vecinos de barrio. En los alrededores de la Plaza Redonda en Valencia. El calor aprieta, como todo el verano que llevamos. Insoportablemente. 
Se han sentado en el alfeizar de un escaparate. La tienda vende "souvenirs" para los turistas. Y cómo no, innumerables figuritas de andaluzas mezcladas con Vírgenes de los Desamparados. Toreros y toritos, falleras y falleritos. Y hasta un Papa Francisco.
Paso frente a ellos. El callejón, peatonal, apenas mide unos pocos metros de pared a pared. Ellos llaman mi atención ya desde lejos, pero cuando llego a su altura no puedo evitarlo y los encuadro con la cámara. Todos me miran sorprendidos y entre risas. Otro amiguete, en la esquina opuesta, se carcajea mientras les grita: "Che tú, que ara vos van a fer una foto...!!" Por un momento me miran divertidos, les pregunto con gestos si puedo disparar, y les pido con una mueca que sonrían. Relajan su sorpresa y responden sonriendo a su vez a su amigo. Uno de ellos sugiere: "Ey...? I si ara mos fan famosos en l'estranger, tú...??"

El de las gafas de sol mantiene su mirada en mi cámara mientras enfoco y disparo. Sonrio y me despido del grupo. Sigo caminando hacia la calle San Vicente...

martes, 18 de agosto de 2015

sábado, 1 de agosto de 2015

Un día muy especial

Por primera vez desde que nací, hoy no puedo celebrar tu cumpleaños. 
Puedo, en cambio, celebrar tu recuerdo. Ha amanecido lluvia, y es inevitable no llorar en un día en que no estás. Uno más, y ya van siendo, desde que decidiste irte. Bueno, no fue tu decisión, porque, papá, peleaste como un campeón. Aprendí mucho de tí siempre, pero en esos últimos días, aprendí muchísimo, y con tu partida silenciosa y dulce me diste una última lección de cómo hay que vivir. Después de tanto dolor, de tanta resignación.
Qué paradoja, me enseñaste mientras te ibas diluyendo y te fundías con los rayos del sol que inundaban tu frente y tus ojos cerrados, en el silencio que te rodeaba, con el calor que nos dabas a todos desde aquella cama de hospital...
Cerraste los ojos, me pediste y deseaste lo mejor para tu amada esposa, mamá. Y para nosotros. Yo te susurraba al oído las mejores palabras que venían a mí boca. Me admiraba y me admira cómo quisiste a mamá, cómo nos quisistes a todos, a tus hijos y a tus nietos, a los tuyos y a los nuestros. 
Te decía que lo habías hecho todo bien, muy bien... Qué grande fuistes papá, qué grande eres.
Vives en mi recuerdo, vives en lo que tengo de dios, en lo que tengo de ángel. Eres en lo que hicistes de mí. Estás en mis ojos y en mi madre. Estás y eres por lo que soy de tí. No puedo felicitarte por un cumpleaños al que no llegastes. Pero puedo celebrar que estarás y serás mientras haya alguien que estuvo y fue contigo. Y eso será así, por mi parte y por lo menos, hasta mi último día. 
¿Estarás, papá, esperándome en alguna parte...?

sábado, 25 de julio de 2015

Dimitri

No se llamará Dimitri ni de puta coña. 
Pero es lo primero que me vino a la cabeza en cuanto este honrado ciudadano apareció por el rabillo de mi ojo derecho, andando apresuradamente, casi corriendo más bien diría yo... Cierto es que estaba el semáforo de muñequitos cambiando al parado y rojo, pero sus prisas tenían más que ver con sus acelerados pensamientos que con la evidente y sana necesidad de escapar a los posibles atropellos. Bueno, o eso pensé yo. Relajó su paso a escasos metros de la acera. Para entonces, disparaba a ciegas cámara al aire, encuadrándole más o menos mientras me dejaba adelantar por la derecha...
Me llamaron la atención sus prisas, pero también y más aún, su aspecto, su informal manera de vestir, el maletín "vintage" de pulcro cuero rojizo, su mueca amable y sonriente, pero sobre todas las cosas, su cabellera cana, rizada y al viento, que le confería ese aspecto de "Dimitri", o de qué se yo, entre científico loco, espía ruso post-telonario y desubicado, profesor de universidad puteado por sus alumnos hasta extremos humillantes, o Dios Eolo trasmutado en mortal y camuflado entre mortales.
Es lo que siguen teniendo los calores de este verano preapocalíptico que estamos teniendo.
Mis saludos y respetos a mi Dimitri, se llame como se llame el señor.

martes, 7 de julio de 2015

Pum!!!

No tengo nada contra este pobre ciudadano que, contento y feliz como una lombriz, pasea ufano y despreocupado, aparentemente contento con vaya usted a saber qué tipo de pensamientos felices (a pesar de que tiene toda la cara de Varoufakis...), incluso ajeno a los peligros que puede depararnos un simple cartel colocado con cierta mala fe... ¿O será mi forma de verlo? ¿Me cae mal Varoufakis? ¿Ninguna de las dos anteriores es cierta? ¿O es que estamos a 40ºC en una Valencia que arde?

Sea como sea, pido perdón al ciudadano y desde aquí expreso mi nada sana envidia por pasear con esa cara feliz que ya quisiera un servidor para sí mismo. ¡Qué calor hace rediós!

martes, 30 de junio de 2015

Pimientos

Algo tiene un pimiento que atrae al fotógrafo. Al menos a mí me atrae. Y se de algún ilustre e insigne prócer de la historia del noble arte fotográfico al que le atrajo también, tanto que en los libros dedicados a analizar las grandes obras de este arte, casi siempre hay un hueco para el pimiento de E.Weston...
Quizá sean sus curvas y recovecos, tal vez, digo, tal vez, tan parecidas a un cuerpo desnudo, que nos hacemos la ilusión de erotizar nuestro objetivo indagando en las circunvoluciones de la solanácea en cuestión. Cierto es que sus sensuales curvas, las subidas y bajadas, las grietas que parecen perderse en las profundidades de su carne sedosa, los abultamientos y los secretos que parece esconder en cada giro que demos a su alrededor, bien puede recordar a los más ardorosos deseos de los más verdes sueños de adolescente o de viejo verde. Verde como pimiento verde.
Será por la tersura de su piel, similar también a la tersa lozanía de un joven cuerpo en flor. Será por sus brillos perfectos, de nuevo recordando a los brillos anacarados en la blanca piel de las tempranas edades de Venus. Será tal vez por sus abruptas negruras, que traen a la memoria los profundos y dulces abismos donde se esconden las prohibidas flores del deseo más ardiente y pasional que imaginarse pueda.

Sea como fuere, creo que el pimiento merece que todo aquel que se tenga por fotógrafo, si quiera aficionado, recapacite un día y se ponga frente a frente junto a uno o varios de estos sanos vegetales, rojos, verdes o de otro de sus diversos colores y, mirando mirando a través del objetivo, trate de encontrar la magia entre sus voluptuosos rincones y sus sensuales curvas.

Y como a mí no me importa un pimiento, pues aquí dejo estos dos a las puertas de un tórrido mes de Julio...

sábado, 13 de junio de 2015

Tarde de viernes

Salen del colegio y ni el día y su ocaso vence sus ganas de olvidar a toda prisa a libros y maestros.
La chiquillería explota de júbilo y ocio, mientras las sombras van ganando la batalla al sol, y este exprime sus últimos recursos. Con fuerza y vehemencia se estrella contra los cristales del edifico de oficinas y mi cámara,  apuntando hacia las sombras del paseo, encuentra inesperadamente un fugaz contraluz. Es curioso, con el sol tras de mí y a la derecha... Cosas de la física, del urbanismo, y de la casualidad de estar en ese ahí y en ese ahora.
La tarde se escapa regalando estrellas a quien quiere encontrarlas.

miércoles, 20 de mayo de 2015

Como agua de Mayo

Finalmente ha llovido y ha refrescado la tierra y los espíritus resecos y hastiados de calores y ardores. Hoy, sin saber porqué, he recordado mi infancia y añorado a mi padre.

Jugaba yo de niño al beisbol en un descampado desde el que hoy tomé esa foto, aunque ya no es un descampado, si no un parque desaliñado. Le recuerdo a él, joven y delgado, con su pelo aún negro y sus ojos entonces cristalinos y azules, ávidos de vida y de sueños, oyendo con paciencia mis batallas con el bate y aquella dura y extraña pelota, y cómo aquel profesor de nombre Don Paco, bigote austero y genio añejo, nos castigaba con su regla de madera a palma abierta. A todos menos a unos pocos afortunados, algo más estudiosos que el resto, de hábil requiebro y mente despierta, entre los que me encontraba.

Recuerdo mis historias de niño y cierro mis ojos e imagino los ojos de mi padre mirándome mientras contaba en la mesa mis juegos y desventuras, las que no callaba al menos.
Hoy, el cielo, y yo, hemos llorado en esta tarde de un Mayo extraño y loco.

jueves, 23 de abril de 2015

Volverán los oscuros vencejos

Llegan en bandadas y, de pronto, sorprenden en los oidos sus chirriantes llamadas. Rasgan el aire con sus guturales griterios. El calor llega para quedarse, y estos veloces y elegantes pobladores de los cielos de primavera alegran mi espíritu y me devuelven algo salvaje y profundo, algo que me conecta más aún con raices eternas, casi olvidadas.
De todos los sabidos episodios que marcan en la memoria las estaciones y los tiempos, los años y los recuerdos, estos son de los más simples y de los que más emoción despiertan en mis sentidos. 
En ciudades y pueblos, surcando como saetas negras la inmensidad del azul y las nubes, su aguda y estilizada silueta dibuja en el aire todas y cada una de las leyes de la aerodinámica, haciendo gala de un dominio de su medio sólo al alcance de unos pocos elegidos.

Este año en cambio, mezclada a la alegría inmensa de oir y sentir su presencia en el cielo de los días y las tardes primaverales, traen a mi memoria sin saber porqué la dolorosa certeza de una ausencia.
Mirando a los oscuros vencejos sé que él me mira tranquilo desde algún jirón de aquellas nubes lejanas.


domingo, 29 de marzo de 2015

Llovió...


Ha pasado todo el invierno y en Valencia han caido tres gotas de agua. Así llegan las fallas, y justo entonces, cuando estamos en vísperas de la primavera y deseamos pasar calor y tener sol, el cielo se pone a llorar y nos agua las fiestas... 
El tiempo es como un rompecabezas imposible: no hay manera de casar todas las piezas.             

domingo, 22 de marzo de 2015

Selfiando


Hoy he salido a pasear un rato y he visto que Valencia rebosaba gente por los cuatro costados. La ciudad no es muy grande, y el casco antiguo es un auténtico hervidero. Las fallas están en las calles, y las calles llenas de personas. Y las personas llenas de móviles. Y los móviles se han convertido en una auténtica necesidad para calmar los narcisismos. Para satisfacer al propio ego. Para anunciar a todos que estamos, y que estamos ahí. O allá. O aquí.

Esta buena mujer, solitaria ella, llegó sin demasiados ambages móvil en mano, levantándolo mientras lo miraba en una postura cercana a la luxación cervical. Su interés se centraba en buscar su propia cara dentro de la dichosa pantallita, y en enmarcarla contra un fondo adecuado, vaya usted a saber cuál. Movía bizarramente su brazo y rebuscaba el ángulo concreto, convertida la pantalla del teléfono en retrovisor de la realidad que compartíamos, que por otra parte, ignoraba con desvergüenza y despreocupación apabullante. Menos mal que el tráfico estaba restringido. Trataba de aderezar la toma con la consabida guinda que, cómo no, había de ser ella misma. Es lo que tienen los selfis...

Ocupaba yo un exiguo rincón de la acera, pegado a la pared y sin molestar a nadie, a la espera de las  sorpresas que sin duda me aguardaban entre la muchedumbre, y justo entonces fue que esta señora se posó, sí, cual abeja en busca de su néctar, a escasos tres palmos de mi cara. 
Invisible no soy, ni transparente, y ante la insolente amenaza de su brazo cercano a mi parietal, me defendí encarando mi cámara y apuntándole directamente entre ceja y ceja. A decir verdad, no traté de disuadirla ni de impedir lo que quiera que hiciera, y como en efecto no desistió en el empeño de hacer uso de su disparador, sólo me cupo la opción de defenderme, y  disparar... Darle, le di.

¿Gané?

jueves, 12 de marzo de 2015

Uno, sólo...

Independientemente de si tomaba café o un zumo de naranja, al verlo me preguntaba yo si este señor..., ¿estaba sólo?  ¿O acompañado? Lo cierto es que no lo ví dar un sólo trago ni a la taza ni al vaso, pero lo que es la pantalla de su móvil no dejaba de mirarla... Eso sí, lo que es hablar, no tenía con quien.
¿Tantas maneras nuevas de acercarnos nos ayudan a relacionarnos o nos aislan?

martes, 3 de marzo de 2015

Muralista

Me lo encuentro al volver a casa, está en el barrio del Carmen. 
No puedo evitar interesarme por lo que hace. Me fascina la gente con dones especiales. Pintar lo es. Y hacerlo sobre una pared de cemento, vieja, húmeda y arrinconada (es un rincón de la calle Museo) tiene más mérito.
Se llama Carlos. Es de la terreta. Pero acaba de venir de pasar una larga temporada en México. Tierra de murales. Él pinta murales. 
Es un artista de los de hoy. De calle. De pincel. De pared. 

Su obra no va a ir a los museos, ni habrá que pagar para verla. La obra está ahí. Se la regala a la gente. A la gente que pasa y pasea, que vuelve o que va, agotada, abatida, gris como sus trajes. O quizás se la regala a gente feliz, alegre como los colores de ese mono que le mira con esos ojos que él mismo ha pintado.
Me comenta que la acabará hoy mismo, si no llueve y todo va bien. Le pregunto quién le financia. Pero más bien, comentamos, pinta por amor al arte. Literalmente.
-"Si no tengo los permisos necesarios para pintar en esta pared y pasa la policía, estoy vendido". 
Eso, además.
Le he preguntado y me ha dejado hacerle unas fotos.
Mañana volveré a verla acabada.
Mi gratitud a la gente que llena de arte las paredes viejas y oscuras de mi oscura y vieja ciudad.




viernes, 16 de enero de 2015

El ojo alerta

Un luminoso en colores llamativos, ocupando él sólo el espacio vacío de un escaparate. Un texto en francés. Dí ese idioma en el colegio, en un lejano plan de estudios caducado y sobradamente obsoleto ya. Se leer y mirar y encuentro connotaciones que me bastan para fijarme en él y ponerme a escudriñar buscando elementos del entorno, la mancha de luz sobre la acera producida por el reflejo del sol en la fachada acristalada de enfrente de la estrecha calle... 
Sin tiempo para pensar percibo por el rabillo del ojo un bulto que se acerca de prisa. No puedo entretenerme, con un movimiento instintivo y nada meditado, con una sóla mano acerco la cámara a mi ojo mientras busco con el pulgar derecho el botón de encendido de la parte inferior del cuerpo de mi Olympus y con el índice tiento por arriba ajustando la yema de mi dedo sobre el disparador. Para cuando vengo a completar la secuencia y sujetar medio decentemente la cámara, el viandante-wasapeador-paseadordeperros se cruza justo sobre la luna de vidrio y uno de los chuchos se deja bañar en el haz del reflejo. 
La cosa no es perfecta, pero esta vez no he podido estar todavía más "alerta". Me hubiera gustado. Pero pese a todo me quedo con ella.
Enero transcurre y los perros pasean mientras yo los fotografío, a veces, como esta, casi sin querer...

viernes, 2 de enero de 2015

Vendedora de mercado medieval

No es una gran foto, ni es especialmente interesante por nada. Excepto para mí, por una cosa. 
Como este blog es de autoconsumo, pondré hoy aquí esta imagen y diré porqué. Siquiera para entender yo mismo el motivo por el que esta serena dama se asoma al mundo desde esta ventana que yo abro. La foto está tomada el año pasado..., hace cuatro días. Paseábamos en compañía de un grupo de amigos por un mercadillo medieval que se monta cada fin de año frente a la estación del Norte de Valencia.
Allí, cámara en mano, tuve, no sé porqué inspiración, la suficiente valentía como para atreverme a pedirle a alguien que tuviera la amabilidad de posar para que le tomara una foto. Su primer impulso fue retirarse del encuadre (y así lo hizo) para que retratase a gusto el tenderete, pero no a ella. Hice una foto. Pero inmediatamente le sugerí que el producto sin su creador (son los mismos vendedores los artífices de las artesanías que allí venden) perdía valor, y accedió a adoptar esta sencilla pose, mientras me decía que no le gustaba posar y que no se gustaba en las fotos.

Pues gracias de mi parte por su amabilidad, su esfuerzo y su gesto, ella me permitió cumplir, dentro del plazo, uno de los retos que a primeros del año pasado me fijé para ese año que ya se ha ido. Concretamente la propuesta que hacía siete en aquel decálogo fotográfico, y que rezaba así:
"Hablar al menos con un desconocido y pedirle hacerle una foto."

Pues, ¡hecho!

Lo que no sé es si seré capaz de que esta imagen marque un punto de inflexión y me anime a hacerlo con normalidad, o si no... Lo veremos a primeros de 2016, cuando hagamos balance.

De momento, a ver si supero los 44 post del año pasado. Lo veremos.